domingo, 13 de junio de 2010


RETOS A NUESTRA MISIÓN II – TESTIMONIUM VERITATIS Nº 9. FRAY TIMOTHY RADCLIFFE. O.P. Y OTROS


Objetivo.

Invitar a todos los cristianos comprometidos con la evangelización, miembros del pueblo de Dios a un encuentro personal y comunitario con el anuncio del mensaje de la Buena Nueva: Jesucristo. Y de esta manera acrecentar el compromiso misionero, la solidaridad con los demás más necesitados.

PALABRAS CLAVE.

Misión de fronteras. Se refiere a la labor evangelizadora, que consiste en llevar el mensaje de Jesucristo a aquellos ámbitos donde este mensaje es desconocido. Estas son algunas de la fronteras que propone timothy radcleffe: frontera entre la vida y la muerte; frontera entre la humanidad y la inhumanidad; frontera cristiana; frontera de la experiencia religiosa; frontera de la Iglesia.

Quiromancia. Etimológicamente, el significado de la palabra quiromancia tiene origen griego; khéir = mano y mantéia = adivinación. Entonces la palabra quiromancia significa Adivinación a través de la lectura de las líneas de la mano.

Epifanía. La Epifanía (por etimología del griego: επιφάνεια que significa: "manifestación; un fenómeno milagroso

Itinerancia. La palabra iter – itineris del griego hodos, significa: camino, viaje, marcha, jornada.

Ciudadanos del Reino. Es estar preparado, estar estirado, extendido, empujado siempre hacia la vida eterna que predica Jesucristo .

Conversión. Significa volver atrás, devolver o retornar. La conversión es el volverse un pecador hacia Dios (Hechos 15:3). En un sentido general se dice que los paganos se "convierten" cuando abandonan el paganismo y abrazan la fe cristiana, y en un sentido más especial, el hombre se convierte cuando, por la influencia de la gracia divina en sus almas, su vida entera cambia, las cosas antiguas pasan y todo se convierte en nuevo (Hechos 26:18).



LA MISIÓN DE FRONTERAS
Actas del Capítulo General de Definidores, de la Orden de Predicadores Celebrado en Ávila – 1986 Números 22 – 44.


La misión de la Orden, misión sin fronteras.
La Iglesia está en medio de los pueblos para evangelizar. Así continúa y actualiza la misión de Cristo. Es responsabilidad de toda la familia dominicana actualizar aquel proyecto y activar la misión específica de la Orden en medio

La frontera entre la vida y la muerte.
Cuestiones urgentes para el hombre contemporáneo son la justicia y la paz. Por eso, categorías de marginados son destinatarios preferibles de la misión dominicana. Su situación de marginalidad es un reto prioritario para nuestra reflexión, evangelización y práctica solidaria, las situaciones de inhumanidad son signo manifestado de la ausencia del Reino de Dios.

Frontera cristiana.

Las tradiciones religiosas universales comparten con el cristianismo la experiencia de Dios. El diálogo con las religiones universales debe ser a la vez analítico y autocrítico: analítico desde la experiencia del Dios de Jesús, un Dios abierto a la universalidad; autocrítico, para discernir las adherencias culturales que han desfigurado al Dios de Jesús a lo largo de la historia del cristianismo.

La frontera de la Iglesia.
Los retos planteados a la misión dominicana llegan desde las fronteras señaladas, que constituyen otras tantas prioridades de nuestra misión. Para descubrir esos retos, es preciso atender a los signos de los tiempos, que son verdadero lugar teológico.

Formación para la misión de fronteras
La misión de la Orden, una misión de fronteras, exige una cierta formación de nuestros hermanos y hermanas, para que podamos actuar con más seguridad en la realización de la misma.
¿Hemos asumido suficientemente este espíritu de movilidad e itinerancia?. 4. Nuestra misión de fronteras exige de nosotros una intensificación del espíritu profético. Este nos proporciona la confianza de que nuestra misión de fronteras capta el momento de Dios en la historia. ¿Vemos nuestra misión como una tarea comunitaria?. Hemos señalado algunas actitudes esenciales a nuestra misión de fronteras. Naturalmente, estas actitudes tienen sus raíces en los elementos esenciales de la vida dominicana: la vida común, la vida de oración contemplativa, el estudio asiduo, una comunidad fraterna, la consagración por los votos.

LIBRES PARA LA MISIÓN.

Nuestra Orden, como toda la Iglesia, está al servicio del Evangelio. Y el Evangelio es para el mundo. Por esto, nosotros, como discípulos de Jesús y misioneros, queremos y debemos proclamar el Evangelio, que es Cristo mismo.

Anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que está cerca con el poder salvador y liberador de su reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas.

Es pues, tiempo de partir, de salir. Pues entrar en una cultura, recibir la profecía del otro, es salir de su casa y de sí mismo. Ser dominico es estar en movimiento y no en la estabilidad, o mejor, somos una orden orientada al movimiento, es decir, ir a otras tierras, hacia otros sectores de nuestro mundo que no están ya accesibles a nosotros. Ahora bien ¿A dónde llevar la palabra?

¿Pero en qué consiste la libertad para la misión? Se habla con frecuencia del diálogo interreligioso, algunos de los frailes se encuentran decididamente comprometidos en él, y es una verdadera tarea de al misión de hoy. La experiencia demuestra que este diálogo es un encuentro entre creyentes antes de serlo entre religiones; entre sujetos y no entre sistemas. Pero este diálogo no puede reducirse a ese campo. Hay que entablarlo con todo hombre que es diferente a nosotros, incluso si no compartimos el suelo común de una pertenencia religiosa.
Antes que nada, si vivimos lo que predicamos, si nuestra vida es en verdad un compartir con los demás y un servicio al Evangelio que nos lanza a los caminos más allá de las fronteras, entonces, felizmente, nos habrá invadido el gusto por misión evangélica


MISION EN UN MUNDO DESBOCADO: FUTUROS CIUDADANOS DEL REINO

Fr Timothy Radcliffe, OP

Se me ha pedido reflexionar sobre una espiritualidad de misión para nuestro mundo globalizado. Es para este mundo huidizo que debemos descubrir una visión y una espiritualidad de misión.

Presencia
Un misionero es alguien enviado. Pero ¿a quiénes son enviados los misioneros en nuestro mundo huidizo? Cuando era un estudiante de escuela con los benedictinos, vinieron misioneros a visitarnos de lugares muy alejados, como el África o el Amazonas. Pero hoy muy pocos misioneros son de esos países.

Como inicio de una respuesta, sugeriría que en este nuevo mundo, los misioneros son enviados a aquellos que son otros, que están distantes de nosotros ya sea por su cultura, su fe o su historia. Ellos son extraños a pesar de que puedan ser nuestros vecinos. El misionero es enviado a estar en esos lugares. Por tanto, ser enviado implica un morir a aquel que uno era. Quienes somos ahora es ser futuros ciudadanos del mundo. Sino que estoy sugiriendo que la misión implica fidelidad. Se performa como una vida vivida a través de la historia, la condición de una vida que apunta al Reino. Pero nuestra fe anhela tomar una forma visible, ser vista. Este destino final es vislumbrado en la belleza del rostro de Dios. Su vida está penetrada por una carencia, una pobreza, que sólo puede ser llenada por Dios. El Cardenal Suhard escribió que ser misionero “no consiste en ocuparse en propaganda ni siquiera en conmover a la gente, sino en ser un misterio viviente. Esto significa vivir de tal modo que si Dios no existiese, la vida de uno no tendría sentido”. Vemos la belleza de Dios en Francisco, porque su vida no tendría sentido si Dios no fuera.

Éste es nuestro reto en la aldea global, mostrar la belleza del pobre y desvalido Dios. Es suficiente vivir la vida así, en el presente -sin una meta”. Nos ofrece la oportunidad de ser espectadores, que miremos el mundo sin ninguna obligación. Estamos satisfechos con ser entretenidos, con escapar por un rato. Nuestras celebraciones no son un escape sino una degustación del futuro. El momento genético es transformación, novedad, creatividad, en la que Dios irrumpe en nuestras vidas. 21, 5)”!

De este modo, el reto para nuestra misión es cómo hacer visible a Dios a través de gestos de libertad, liberación, transformación, pequeños “happening” que son signos del final. Necesitamos pequeñas irrupciones de la libertad incontenible de Dios y su victoria sobre la muerte.

Proclamación
Nosotros hemos ido avanzando de una misión como presencia a una misión como epifanía. Nuestro evangelio debe convertirse en palabra. Los misioneros que enseñan son sospechosos de adoctrinamiento, de imperialismo cultural, de arrogancia. Vivimos en Disneylandia, en donde la verdad puede ser reinventada según queramos. Cualquier espiritualidad para la misión debe incluir una pasión por la verdad.

Santo Tomás dice que el objeto de fe no son las palabras que hablamos, sino el Dios a quien no podemos ver ni conocer. Puede ser una fructuosa tensión en el corazón de nuestra proclamación del misterio. Sólo si aprendemos a permanecer en el silencio de Dios podremos descubrir las palabras correctas, palabras que no sean ni arrogantes ni vacías, palabras que son a la vez verdaderas y humildes. Nuestro mundo huidizo está fuera de control. Estamos penetrados por un anhelo de Dios, cuya belleza puede vislumbrarse en nuestra pobreza. Ser un futuro ciudadano del Reino es estar dinámica, radiante y alegremente incompletos.

Nosotros tendemos a Dios en nuestro vecino, Dios que es el completamente otro, así como descubrir a Dios en el centro de nuestro ser, Dios como el más íntimo. Dios es el absolutamente otro y el absolutamente íntimo. Londres 1999 [Un mundo huidizo. Cómo la globalización está cambiando nuestras vidas].
3 Sobre las dos primeras etapas de misión, cf. 4 [Arte y la belleza de Dios: una comprensión cristiana].

CAMINEMOS CON ALEGRÍA…
PINCELADAS SOBRE LA ITINERANCIA DOMINICANA
Fr Timothy Radcliffe, OP


la comunidad cristiana (el nuevo Pueblo de Dios) será llamada ´el Camino´ (cf Hch 9,2; 18,25; 19,9.23; 22,4; 24,14.22), lo cual destaca la idea de camino o de itinerancia.

Es claro, pues, que en la mentalidad bíblica toda la vida del creyente, su relación con Dios, está polarizada por la idea de la marcha, del camino, de la itinerancia.

Desplazamiento espacial

El camino de Dios (hodos) se define como una partida, una salida, un éxodo. La itinerancia está tomada aquí en su acepción geográfica, física. Y hay que señalar que el desplazamiento espacial indica siempre una misión.

De hecho todo el libro del Éxodo se presenta como una itinerancia vivida como obediencia a Dios.

En efecto, el profeta es tomado por Dios en la situación en que se encuentra para cumplir una misión. La misión no se cumple sin riesgo, como sucede con Elías, prototipo de profeta: tiene que huir de su país para asegurar el éxito futuro de su misión (1R 17,3.9), regresar para enfrentar al rey Ajab, para darle el mensaje dictado por Dios (1R 18,1; 21,18-19) y abandonar el lugar de su encuentro con Dios para continuar su misión (1R 19,15-16).

Itinerancia como conversión
A la itinerancia geográfica-espacial va ligada la itinerancia espiritual, que aparece como el lugar de una conversión, entendida como ´metanoia´ (cambio radical de espíritu, de mentalidad). En esta perspectiva es como se entiende todo el cambio que se obra en la vida del profeta que recibe una misión específica de Dios. El llamado de Dios se apodera de él y afecta profundamente su estado social, su modo de vida, al mismo tiempo que le pide cumplir una misión que incluye un desplazamiento, una itinerancia (cf Os 1,2; Jon 1,2; 3,2). El seguimiento de Cristo (itinerancia geográfica) está así condicionada por la renuncia radical, como lugar de conversión (itinerancia espiritual). Tanto el inmovilismo como la exagerada movilidad son evasiones con relación a la misión.


ITINERANCIA. VIDA CONTEMPLATIVA.
Itinerancia o permanencia.

La itinerancia de Jesús no admite ninguna duda, y no hay duda de que vivió una vida activa, pero tampoco hay duda de su oración solitaria y silenciosa: la clave de una vida contemplativa es “la interpretación del tiempo presente”, la atención a la voluntad del Padre, la decisión de no pautar la vida más que sobre lo que Dios pide aquí y ahora, “de amar al Señor vuestro Dios, seguir siempre sus caminos, observar sus mandamientos, apegarse a él y servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma” .

Itinerancia. Contemplación.
La itinerancia es manifiesta en nuestra larga vida de estudio y en la observancia externa de la oración, del silencio y de una vida común que debería ser regocijante.
La itinerancia no debiera significar una dispersión del espíritu. La primera etapa de la formación intelectual es un momento en que el espíritu debe ser alimentado. Tenemos necesidad de tiempo para estudiar, de tiempo para una construcción contemplativa del mundo. A pesar de todo, la capacidad de discernir la verdad debe ser desarrollada.

Siguiendo la tradición teológica clásica, la fe es un don de Dios que hace salir al espíritu de su concha y lo lleva hacia Dios. Una itinerancia espiritual implicará que el espíritu se extienda hasta la verdad revelada. Somos llamados a escudriñar nuestra vida tomando la fe como criterio supremo. El coraje de la itinerancia intelectual hace posible la itinerancia a nivel espiritual.

La liberación de la itinerancia espiritual

En su peregrinación de la fe el espíritu necesita ser libre de toda atadura. La motivación de nuestro trabajo tiene necesidad de ser purificada. No son sólo los malos hábitos los que necesitan ser purificados; también las buenas intenciones, para asegurarnos de que ellas van hacia Dios. Depender de Dios, tener espíritu de itinerancia, exige una gran pobreza espiritual.

La profesión religiosa, por la cual consagramos nuestro porvenir a Dios, confirma el precio de la itinerancia. Aceptar al desconocido, recibido en la fe, como regla de vida permanente, refuerza nuestro apego a Dios y sólo a Dios. Ahí es donde nace la verdadera fecundidad de la vida y de la misión.

Esperar es aceptar el misterio que se despliega en nuestra vida. La virtud teologal de la esperanza, puesto que está centrada en Dios, le permite a nuestra voluntad aceptar el camino que Dios nos ha trazado

La purificación de la esperanza ayuda a centrar la atención sobre Dios. La itinerancia dominicana tiene necesidad de esa libertad. Pero si no llegan a abrirse al misterio de Dios rechazarán las nuevas misiones que les serán propuestas. Cuando una provincia abre una misión debe asumir la responsabilidad de los hermanos enviados al extranjero. Las personas enviadas en misión deben saber que son enviadas, no relegadas a un rincón o rechazadas.

ITINERANCIA Y MISIÓN
La itinerancia es el corolario necesario de la misión. Este vínculo ontológico se enraíza en nuestra historia y especialmente en la vida de santo Domingo, puesto que él descubrió su misión cuando andaba “de camino” y envió a sus frailes, incluidos los novicios, a vivir “en camino”. Ávila, en 1986, en el mismo país de santo Domingo, “hombre de frontera” excepcional, afirmó que la “misión específica” de la Orden es “la evangelización en las fronteras”. Y enumera esas fronteras en las que debemos vivir nuestra misión . Caleruega (1995) nos llama a ser “fieles a la itinerancia” .

La reflexión que sigue es una contribución para animar precisamente a este espíritu de itinerancia “de corazón, de espíritu y de misión”.

Sin embargo hemos sido llamados a ser predicadores, a ser profetas. Ser profeta no significa conocer o adivinar el futuro, tenerlo claro, ofrecer seguridades. Los profetas no son llamados a leer el futuro en las manos como expertos en “quiromancia”.

También son numerosos los laicos que se ofrecen como voluntarios para anunciar el evangelio en regiones remotas, colaborando con la misión apostólica de comunidades dominicanas.

Es el envío, la misión, que viene ciertamente de Dios. Esta voluntad está expresada a través de la voluntad de los hermanos o hermanas, pero la misión viene de Dios.

El mundo particularmente esta esperando una comunicación del Verbo de Dios, de la Palabra de Dios. Cada dominico, cada dominica está llamado por profesión a esa misión.

CONCLUSIÓN

Dos rasgos caracterizan la misión dominicana desde sus orígenes:
1. Fue y debe seguir siendo una misión de fronteras.
2. Exigió y exige de la comunidad dominicana la actitud y la práctica de la itinerancia, la movilidad, el continuo desplazamiento hacia nuevas fronteras. Descubrir y tomar conciencia de éstas, es el primer paso para identificar los retos planteados a la misión de la Orden. Estas fronteras nos señalan las prioridades de nuestra misión.

En 1217, poco después de la fundación de la Orden, Santo Domingo dispersó a los frailes, porque "el grano almacenado se pudre". En le Evangelio de San Juan, Jesús dice: “Yo les aseguro que si le grano de trigo cae en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere dará fruto abundante” (Lc 12,24).

Los envió por los caminos sin dinero, como los apóstoles. Cuando el Señor confía una misión siempre repite invariablemente estas tres frases:

“Ve yo te mando …” Es el envío, la misión, que viene ciertamente de Dios. Esta voluntad está expresada a través de la voluntad de los hermanos o hermanas, pero la misión viene de Dios: “Ve yo te mando…”. Eso nos da mucho coraje y al mismo tiempo mucha serenidad. Somos mendicantes y también pedimos a otros sus ideas, como el corredor de postas que recibe el testimonio de manos de uno y corre enseguida para entregarlo a otro. tímidamente parafraseamos palabras de quienes nos precedieron en el camino de la fe para anunciarla a otros.


La segunda frase es “No tengas miedo...”. Esto es muy importante en un predicador. Que sea verdaderamente pobre; porque nos sentimos inseguros de nosotros mismos, pero confiamos en Dios y en los hermanos. Desde esta pobreza el predicador adquiere una fuerza especial que lo hace justamente un profeta de esperanza. El predicador es alguien que, porque es pobre y se apoya exclusivamente en Dios, no tiene miedo y no permite que los demás tengan miedo ¡porque somos testigos de la Resurrección!


La tercera frase es “Yo voy contigo…”. Siempre el Señor nos acompaña, “Yo voy contigo, voy haciendo el camino contigo”. Él nos anima y alienta a comprometernos profundamente en la misión que nos ha confiado como predicadores del evangelio en este momento providencial de la Iglesia y de la historia.
Después de la resurrección, cuando Tomás ha querido ver para creer, usando sus manos y dedos para medir o comprobar lo que sus hermanos le habían anunciado, Jesús mismo lo invito: mira mis manos… después de la resurrección, la manos heridas de Jesús siguen siendo el signo de un futuro cargado de esperanza y de vida.

jueves, 27 de mayo de 2010

LA INSTALACIÓN, MEDIO
DE PREDICACIÓN

La instalación es uno de los medios que permite visualizar y entender los signos y al mismo tiempo comprender el significado o el mensaje que ésta quiere trasmitir.


El valor de la Predicación es tan importante para el mundo de hoy, aunque han pasado mas de dos mil años.... aún sigue vigente y renovada cada día por las abundantes gracias que a diario derrama el Espíritu Santo sobre aquellos, que por gracia de Dios, han sido llamados este maravillosa vocación, hacia la vida consagrada. Particularmente a ser agentes de la Buena Nueva. De este modo se necesita grandes PREDICADORES, que con su entrega, el servicio, el respeto, la caridad y su ejemplo y testimonio de vida... muchas personas vuelvan a la raíz del primer amor. Jesucristo, cabeza del la Iglesia.




La experiencia de salir del noviciado al contacto con personas externas, en esta ocasión de brindar abrazos a personas que no se conocen, es muy significante tanto para ellas (os), de igual manera para cada un de los frailes, ya que no es fácil el dar abrazos aquien no se le tiene confianza. Sin embargo, lo duro fue comenzar la actividad, posteriormente la gente fue respondiendo de manera participativa a lo que se les invitaba.
Es significativo para la sociedad de hoy, ver a jóvenes comprometidos con el anuncio de la Buena Nueva, a sabiendas que la juventud de hoy está muy dispersa y alejada de la religión, la cual profesan su fe. Sin embargo, todavia quedan algunos de ellos que quiren hacer la diferencia, pese a las adversidades que el mundo diariamente les está ofreceindo.... sólo basta que haya convicción y compromiso por lo que se quiere llegar a ser.

lunes, 26 de abril de 2010

SAN PEDRO DE VERONA
No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande.



San Pedro de Verona, conocido también como San Pedro Mártir. Nació en Verona el 29 de junio de 1205 y falleció en Como el 6 de abril de 1252, fue fraile dominico, inquisidor y mártir italiano.Era hijo de una familia de cátaros. Según cuenta la leyenda, de pequeño ya recitaba el credo con el consiguiente enfado de su familia.

Estudio en una escuela católica en Lombardía, por entonces uno de los centros de la heregía, lo que marcó su educación.

Tras estudiar en la universidad de Bolonia, Pedro con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de fray Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos. Ingresó en la Orden de los Dominicos de la mano del mismo Santo Domingo, en 1221. predicó por el norte de Italia, fue prior de Asti y Piacenzia.


Su principal obra fue en Milán donde fundo el monasterio dominico de San Pedro del Camposanto.

En 1251 gracias a sus numerosas virtudes, a ser un gran orador y predicador, a su gran conocimiento de la Biblia, a su celo por la Iglesia Católica y a su severidad en su forma de vida, el Papa Inocencio IV lo nombró Inquisidor de Lombardía y prior de Como.

El Papa Gregorio IX le conoce y le nombre en 1232 Inquisidor general: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres. (Tomado de http://www.aciprensa.com/ )

Después que sus superiores lo nombraron en su cargo, evangelizó por toda Italia, predicando en Roma, Florencia, Bolonia, Génova y Como.
Murio asesinado el 6 de abril de 1252, el sábado de Pascua, cuando volvía de Como a Milán, a la edad de 47 años. Su asesino, un tal Pedro de Bálsamo, llamado también Carino, entró a la Orden dominica por los remordimientos que le produjo esta acto.

El asesino le golpeó con el hacha con tal fuerza que el santo cayó medio muerto. Lográndose poner de rodillas recitó el primer artículo del Símbolo de los Apóstoles y ofreciendo su sangre como sacrificio a Dios, humedeció sus dedos en ella y escribió en el suelo las palabras: “Credo in Deum.” El asesino entonces perforó su corazón. (ec.aciprensa.com/p/pedroverona.htm )

Su cuerpo fue llevado hasta Milán y descansa en la Iglesia de San Eustorgio, en un ornado sepulcro, obra de Giovanni Balduccio Pisano.
Le fueron atribuidos muchos milagros en vida y aún más después de su martirio. Fue canonizado por el Papa Inocencio IV el 9 de marzo de 1253, sólo 337 días después de su muerte, el más rápido de la historia. El Papa en la bula de canonización le reconoce devoción, humildad, obediencia, benevolencia, piedad, paciencia y caridad; y lo presenta como un ferviente amante de la fe, su eminente conocedor y todavía más, su ardiente defensor.
Este texto es tomado de: (es.wikipedia.org/wiki/Pedro_de_Verona) -, eceptos los parrafos cinco (5) y siete (7).

Semblanza espiritual.
Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras milanesas. Era el 6 de abril de 1.252. Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas la faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo "CREO".

El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien imita y ama. Es el protomártir de la Orden Dominicana. San Pedro de Verona es ejemplo de fidelidad y de amor a Cristo y a los hombres.

Es tomado de: www.dominicos.org/.../santos/san-pedro-de-verona



"Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas... Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. ¡Pero nunca te detengas! (MADRE TERESA DE CALCUTA)

En la Constitución Sacrosanctum Concilium, número 7, encontramos esta definición concisa: “Es el ejercicio del oficio sacerdotal de Cristo, por medio de signos sensibles, que realizan de una manera propia la santificación del hombre”. La liturgia es, pues, el servicio que el hombre da a Dios, porque Él se lo merece. Y trae aparejada nuestra propia santificación, es decir, gracias a la liturgia nosotros nos vamos santificando, purificando, pues quien entra en contacto con Dios, recibe ese fuego divino que calienta, purifica y perfecciona. En cada acción litúrgica que realizamos (participación en una misa, en cualquier sacramento, en la Liturgia de las Horas) Dios nos hace participes de su salvación.
es.catholic.net/conocetufe/423/.../articulo.php

La Liturgia es el medio por el cual el hombre se acerca al encuentro personal y comunitario con el Señor. Es ahí, donde la persona hace la entrega total a Dios, mediante el servicio. Cada vez que se reza la Liturgia, el pueblo se va santificando y acercando más y más a la presencia del Señor.
Es importante saber que la praxis de la misma, permite un encuentro íntimo con el Señor, más aun, ésta es para todo el pueblo cristiano católico, para aquellos que de una u otra forma están en sintonía con Dios. Es así como la vida secular y las diferentes comunidades religiosas, tanto masculinas como femeninas, tienen el deber de llevar a cabo esta misión, como es la de orar por todos, velando siempre por la salvación de todas las almas.

Es así como la Orden de Predicadores se distingue de las otras comunidades religiosas por su carisma, y ésta es la Predicación. La orden tiene cuatro pilares fundamentales (oración, estudio, vida común y el apostolado) que le permiten al fraile dominico alcanzar un alto grado de desarrollo y crecimiento en el conocimiento de la vida del mismo fundador, y de las realidades económicas, políticas actuales del mundo. Por ende, es menester de la Orden formar en la predicación para dar a los demás lo que se ha contemplado.

Ahora bien, la liturgia como materia de estudio, en este proceso de formación como es en el Noviciado Internacional San Luis Bertrán de Colombia, le permite al novicio un encuentro profundo e íntimo con el Señor. La misión es conocer la vocación divina propiamente dominicana y la visión es adquirir hábitos y un espíritu de fraternidad, teniendo siempre presente el estudio, la oración, la misma predicación, la vida común, la obediencia, la pobreza y la castidad, ya que son valores importantes para la misma formación de los mismos.
El modo por el cual el religioso dominico se va santificando, es a través de tres elementos prácticos: el fin próximo, éste es la formación religiosa. El fin remoto, es la vivencia y el testimonio en la vida apostólica, la itinerancia. El fin último, es la santificación personal y buscando siempre la salvación de todas las almas.
El ejercicio de la Predicación de hoy es dar a conocer lo que se ha contemplado. La predicación es la misión grande de la Iglesia, en la que la Orden de Predicadores tiene la posibilidad de anunciar la Palabra de Dios por los distintos medios de comunicación. Por lo tanto, nuestro carisma es bastante amplio en su modo de ejercerlo.